martes, 15 de enero de 2008

Balance de un año trágico: 1861 emigrantes muertos en las fronteras

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Primeramente, decir que me ha gustado el artículo, aunque suene un poco gore..Por lo demas, decir que es impresionante la capacidad que tenemos los humanos( por llamarnos algo) para ser des-humanos. Me impresionan las cifras, es diabólicamente la realidad(incluso diria que el numero de fallecidos es bastante mayor). Realmente es dificil parar esta masacre "legitimada" tanto por los paises en desarrollo como por los países que abanderan la verdadera democracia y persiguen- sin alcanzar en la mayoría de los casos- la protección de los derechos humanos, estamos hablando de esta parte del mundo que consideramos desarrollada. Leyendo el artículo, uno se da cuenta que cuando se habla del mundo occidental(Spain y company)se puede emparejar la desigualdad y, ante todo, la sangrienta respuesta que da el mundo desarrollado/inhumano a un problema estructural como es las migraciones. Debemos tener en cuenta que mientras siga existiendo desigualdad, la movilidad de las personas nunca se frenará. Los flujos migratorios son inherentes a la desigualdad promovida desde los paises desarrollados/inhumanos, ya que ser pobre no riñe con la inteligencia. Observamos que cualquier medida puesta en marcha desde paises como Spain y sucedáneos conlleva una serie de interes partidistas y engañosos. No se puede cangear, o mejor dicho chantajear, el desarrollo de los países menos avanzados por su compromiso a frenar la salida de sus ciudadanos de los paises origen de los flujos migratorios (acciones llevadas a cabo por el Estado español en Gambia-Plan Africa- o desde la misma Union Europea en Ukraine)

Roig i Negre dijo...

Completamente de acuerdo con tu comentario...
Y, quizás, lo más lamentable de esta situación, es la falta de respuesta por nuestra parte, como ciudadanos europeos, como ciudadanos del mundo "desarrollado" y "humano" (tal vez, al modo nietzscheano, "demasiado humano").
A la gente ya se le entregó su dosis de miedo, de rechazo, hacia el extraño (el extranjero), hacia el "ser por-civilizar". El pensamiento único ha conseguido inocular ese virus, y con ello los de siempre no sólo han conseguido el dejar hacer de la ciudadania ante tales infames formas de proceder, sino que más aún: han conseguido que esa misma ciudadania les suplique que tomen esas mismas decisiones, que les protegan del "peligro extranjero".
Mientras, esos mismos que dictan las leyes, expolian las mismas entrañas de la tierra, de la tierra origen de los flujos migratorios; y mientras tanto, nadie, absolutamente nadie, alcanza a detener su mirada acusadora ante esas manos rebosantes de dinero y sangre...